En el nuevo aniversario de la rebelión civil más grande contra los nazis de toda Europa, el primero de agosto se realizó un homenaje en la Casa Polaca de Buenos Aires.
El mismo consistió en una exposición del Vicepresidente de la Unión de los Polacos en la República Argentina, Ing. Andrés Chowanczak, hijo de un héroe del Levantamiento, Stanisław Chowańczak.
En el hall principal del Dom Polski, la Biblioteca Polaca Ignacio Domeyko desplegó la muestra sobre el levantamiento que incluyó el estandarte del Círculo de los Ex Combatientes del AK (Ejército Nacional), algunas de las insignias originales, el águila de metal del casco de Stanisław y las reproducciones de las gráficas de la época de levantamiento. Asimismo, pudimos apreciar un retrato de jóvenes insurrectos inspirado en el levantamiento, la pintura al óleo de Bárbara Tracz.
Después de un pequeño agasajo en la sala Fryderyk Chopin, La Sala Elżbieta Niewiadomska se colmó de gente, no solo descendientes de polacos, sino también numerosos argentinos interesados en el hecho. Estuvieron presentes los representantes de la Embajada de Polonia, de la Unión de los Polacos en Argentina, de los excombatientes polacos en Argentina SPK, de la Asociación Piłsudski y los representantes de la comunidad ucraniana, entre otros.
El numeroso y atento público siguió el hilo de la insurrección polaca que estalló en Varsovia el martes primero de agosto de 1944. Después de sus conquistas iniciales, se convertiría en una misión imposible de lograr sin la ayuda de los aliados y pagada muy caro. Las pérdidas humanas para siempre van a ser difíciles de determinar, pero oscilan entre ciento cincuenta y doscientos cincuenta mil fallecidos (sobre una población aproximada de un millón de habitantes) y la destrucción del ochenta y cinco por ciento del tejido urbano involucrado en el combate. Este número aumentó a causa de la masiva y planificada destrucción de la ciudad ya después de la firma del tratado de la rendición.
Andrés subrayó que la población civil fue deliberadamente el objetivo de los ataques del enemigo alemán y sus secuaces, que emplearon todos los medios a su alcance, incluido un vehículo blindado que resultó ser una trampa mortal, para quebrar la defensa de la barricada polaca, los civiles fueron utilizados como un escudo humano para las tropas nazi y en el barrio de Wola, víctimas de una sistemática masacre que hasta hoy queda impune. Estos acontecimientos quedaron grabados a fuego en la memoria del pueblo polaco.
El levantamiento llegando a su fin, culminó con la firma del tratado de rendición de los insurrectos y un significativo reconocimiento de los combatientes polacos como militares. El mismo dejó al padre de Andrés como prisionero de guerra en Alemania hasta su posterior liberación. Este trágico momento lo ilustra una muy emotiva foto de Stanisław Chowańczak como prisionero de guerra en las calles de Varsovia arrasada. Se lo ve exhausto, pero con excepcional altura -corporal y metafórica, superando a los soldados alemanes que lo están escoltando.
La disertación de Andrés Chowanczak duró dos horas. Andrés, un estudioso y apasionado del tema, descendiente de una familia con fuertes lazos con Varsovia, expuso los hechos más relevantes de esta gesta en forma de una crónica y presentó documentos y declaraciones poco conocidas. Se dedicó a revisar minuciosamente la prensa argentina de la época y en el diario "La Prensa" encontró varios artículos que relataban el día a día de los combates y el complejo entramado político. Con la foto del álbum familiar, entre otras cosas, nos señaló uno de los más fuertes combates del barrio de Mokotów, el mismo se desarrolló en una vivienda de la familia de Andrés, denominada Villa Chowańczak, que por su ubicación e importancia era uno de los puntos más fuertes de los insurrectos. Leyendo las entrevistas con los testigos y protagonistas resuena a menudo el recuerdo de la Villa Chowańczak devenida en el bunker de la resistencia polaca.
Ya durante la realización de este texto encuentro en internet una entrevista sobre el levantamiento con mi tía de Varsovia, Bárbara, donde menciona a la familia Chowańczak y descubro con asombro que nuestros familiares seguramente se conocían.
Finalizada la disertación se formó una fila para felicitar a Andrés por su compromiso con el tema y que se dejó entrever en toda la velada. En el ingreso a la Casa Polaca debajo de la placa de bronce recordatoria del levantamiento (de la autoría de Adolf Glett) se pudo contemplar el fuego de velas encendidas por la memoria eterna de nuestros héroes.
Nuestra misión es seguir manteniendo su legado.
Monika Wawrzyńczak, Buenos Aires, 3.10.2022
monikawawrzynczak@yahoo.com
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