Los húsares alados polacos
La Husaria fue un cuerpo de caballería pesada de la Mancomunidad Polaco-Lituana entre el siglo XVI y XVIII. Era un cuerpo de elite del ejército polaco y se lo considera como una de las mejores caballerías en la historia del mundo.
El término “húsar” proviene del serbio y significa “los que son amigos”. Los húngaros adoptaron este nombre para una caballería liviana y luego los polacos lo adoptaron para una caballería pesada. Los húsares polacos usaban unas alas sujetas a la coraza, compuestas de madera dorada con plumas. La coraza también podía tener piel de oso, leopardo, tigre o león. Estaban generalmente armados con una lanza, una espada y una pistola. También llevaban un pequeño escudo, que se utilizaba para desviar los golpes enemigos.
Sus lanzas de 6 metros (llamadas kopje) eran más largas que las de la infantería enemiga. Se rompían al impactar, pero permitían dispersar las formaciones de piqueros, algo que otros cuerpos de caballería no podían lograr. Cargaban contra sus enemigos a toda velocidad, utilizando el impulso de sus caballos para romper las líneas enemigas. La carga se iniciaba con un galope de 300 metros que permitía alcanzar la velocidad máxima de los caballos. Las alas de los húsares generaban un ulular muy intenso, como el sonido de un trueno, que atemorizaba al enemigo y espantaba a su caballería.
Los jinetes eran voluntarios que provenían mayoritariamente de la hidalguía polaca y lituana. El jinete debía costearse su armadura, caballo y armamento, menos la lanza, que era otorgada por el estado polaco. Se organizaban en regimientos de 200 o 300 jinetes.
Una de las batallas más destacadas para los húsares polacos fue la Batalla de Viena. El rey Jan III Sobieski comandó a 30.000 jinetes, consiguió quebrar las líneas turcas y dispersar completamente al enemigo. Fue la carga de caballería más grande de la historia, que inspiró a Tolkien en su saga del Señor de los Anillos en la Batalla de los Campos de Pelennor. La victoria en Viena significó el final de la expansión islámica en Europa y el comienzo de su retirada.
Hoy en día, los húsares alados polacos son un símbolo de orgullo nacional en Polonia. Se los considera entre los mejores cuerpos del ejército de la historia polaca.
Enrique Mackiewicz, con colaboración de Witold Kopytynski