Para conmemorar el día Internacional de la mujer voy a citar a Emilia Plater, quien no solo luchó por la independencia de Polonia, sino también se vio obligada a enfrentar los estereotipos de su época.
Emilia Plater nació el 6 de noviembre de 1806 en Vilna (Wilno), en el seno de una familia aristocrática, lo que le permitió acceder a una educación de excelencia. Sin embargo, le apasionaban los deportes hípicos y las armas, algo bastante inusual no sólo para esa época. En Argentina por ejemplo el Colegio Militar de la Nación comenzó a aceptar mujeres recién en el año 1995.
Un punto de inflexión en su vida fue el hecho de que su primo fue condenado a servir en el Ejército Zarista en la Rusia profunda, por haber escrito: ""3 de mayo Viva la Constitución"". Emilia esperaba el momento para luchar por la libertad de su país.
A los 24 años falleció su madre y eso le produjo una profunda depresión. En 1830, cuando estalla el Levantamiento de Noviembre, decidió unirse a los partisanos, pero cuando fue a la ciudad de Vilno a recibir órdenes, nadie la tomó en serio. Emilia se cortó el pelo, se cosió ella misma su uniforme y en marzo de 1831 se presentó en el punto de concentración de las tropas patriotas. En ese lugar se desarrolló una misa donde asistieron numerosos campesinos. Emilia, que conocía muy bien su pensamiento, proclamó un enérgico discurso haciendo notar como el zar abusaba de ellos y logró que la mayoría se uniese a la insurrección.
Fue puesta al frente de un regimiento de partisanos y en dos oportunidades hizo retroceder al muy bien equipado ejercito zarista y se convirtió en una leyenda local, aunque no fue valorada por todos. Luego se unió a las tropas del General Zaluski, pero a muchos oficiales no les cayo nada bien que una chica de 25 años fuese más popular que todos ellos juntos. Por otra parte, al parecer Zaluski pensaba que una mujer no podría marchar ni luchar como un hombre ni cruzar un río a nado.
Emilia no se dio por vencida y se unió a otra unidad en la cual servían sus primos, quienes tampoco veían en ella material para un soldado, pero pronto se darían cuanta de su error. En las luchas por Vilno, peleó como una leona y fue valorada como tal. Cuando en Lituania aparecieron las tropas del General Chłapowski, quien sabiendo quien era Emilia, la nombró Jefa Honorífica de una Compañía (un cargo que, si bien suena muy lindo, a ciencia cierta no se sabe qué significa).
Sin embargo, cuando las tropas atacaron nuevamente Vilno, no le permitió luchar, y fue enviada a la ciudad de Kowno. El ataque a Vilno no fue exitoso y los rusos atacaron Kowno, donde justamente estaban estacionadas las tropas de Emilia. Allí lucho en forma heroica y logro replegarse sin que los rusos la pudiesen capturar. Seguidamente recibió la orden de defender la retirada de las tropas que se replegaban. Sin embargo, fueron emboscados por los rusos y de no haber sido por su heroísmo, esa emboscada hubiese significado la masacre de todos los polacos que allí se encontraban.
El Levantamiento se estaba desplomando y las fuerzas patriotas se dividieron en 3 Ejércitos, a Emilia le tocó en suerte unirse a las tropas del General Chłapowski. Cuando se enteró de que este planeaba retirarse a Prusia, donde sus fuerzas serian desarmadas le dijo: "Yo General no tengo intenciones, como usted, de arrastrar mi vergüenza al extranjero. Me han quedado algunas gotas de sangre, mi hombro aún puede cargar una espada contra los moscovitas y mi corazón que nunca se va a humillar con la traición". Vaya usted Sr. General a Prusia, si esa es su voluntad. A mí en cambio no me asusta la situación que usted describe. Mil veces prefiero la muerte a la vergüenza. No me asusta enfrentarme a un batallón ruso, para usar mi levantar mi sable y usarlo para servir a mi patria".
Aparentemente lo que más le molesto al General Chłapowski, no fueron las palabras de Emilia, sino que las mismas se las haya dicho una mujer. Sin embargo, le permitió retirarse y Emilia continuó su lucha contra el invasor.
Comenzó una larga marcha. Sin embargo, estaba debilitada y primero descansó en la casa de un guarda-parques y luego en una propiedad de la familia aristocrática. Lo increíble es que los militares rusos visitaban a esta familia y decían que Emilia ya estaba exiliada en Paris, jamás se imaginaron que estaba a unos metros de ellos. Emilia falleció al poco tiempo, debido a una enfermedad cardíaca.
Andrés Chowanczak
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